Día 1 Comenzamos la andadura desde Punta de Vacas, dejando la camioneta cerca del puesto de correos. Desde allí, bajamos el talud en dirección al todavía Río Las Cuevas, el cual atravesamos por un cómodo puente, apto incluso para vehículos. Una vez del otro lado, comenzamos a remontar la quebrada del río Tupungato, siguiendo el margen derecho (oeste) del mismo durante un largo rato. La pendiente apenas se siente y el sendero es visible y fácil de seguir. Luego de unas tres horas se llega a un refugio de construido con rocas y material, el refugio del MOP. Este es el lugar donde pasamos la primer noche. Lo elegimos no solo por la comodidad de quedarnos bajo techo, sino también por el hecho de poder llegar con relativo poco esfuerzo. Esto nos vino muy bien ya que empezamos algo cansados luego de un viaje de 14 horas y toda la noche en vela. Datos del tramo:

• Distancia: 9,5 km
• Desnivel: +466 m -340 m
• Tiempo: 3 h

Día 2 Ya descansados, partimos temprano con la intención de remontar la Quebrada del Río Blanco completa. No lo tomamos con calma, el día prometía ser largo y agotador... y no falló. Comenzamos cruzando el río Blanco por un puente de material y luego, tomando rumbo oeste, nos adentramos en la quebrada, muy estrecha al principio. Seguimos por el margen izquierdo del río (sur) durante varios kilómetros, siguiendo una senda relativamente cómoda que va ganando altura poco a poco. Al llegar a la altura de la quebrada del Potrero Escondido comienzan los vadeos. Primero, el arroyo que baja de dicha quebrada y luego el propio Río Blanco en un par de ocasiones. El último tramo de la quebrada se nos tornó un poco duro desde al aspecto físico, un poco debido a el cansancio acumulado y a una repetida sucesión de pequeñas subidas y bajadas que no esperábamos encontrar. Sin dudas, es mucho más sencillo recorrer la quebrada en sentido contrario. Llegando a los pies del sendero que trepa hasta el collado del Serrata decidimos armar el vivac. Datos del tramo:

• Distancia: 18 km
• Desnivel: +1290 m -587m
• Tiempo: 8 h 40 min

Día 3 Nos levantamos, desayunamos y partimos para remontar el portezuelo Serrata, quizás el gran reto del día. Su ascenso no es complicado, la senda va subiendo progresivamente, pero con pendiente cómoda. Una vez alcanzado el col, comenzamos a evaluar nuestras opciones. Decidimos no encarar la cumbre del Serrata, ya que nos hubiera consumido mucho tiempo y esfuerzo. Todavía se sentía en las piernas el esfuerzo del día anterior. En su lugar, pensamos en avanzar todo lo posible hacia el cerro Amarillo, el paso clave en esta travesía. Sin embargo, nos encontramos con un inconveniente inesperado, la sequía. Esta temporada vino especialmente seca, por lo que resultó complicado conseguir fuentes de agua. Las veguitas estaban secas y las vertientes que esperábamos encontrar también. Esto hizo que tuviéramos que volver sobre nuestros pasos hasta el último punto dónde habíamos divisado un buen torrente de agua. Como resultado, caminamos unos 40 minutos sendero arriba, mas otros tantos sendero abajo de más. Había que intentarlo. Armamos el vivac y descansamos. El siguiente iba a ser el día clave. Datos del tramo:

• Distancia: 8 km
• Desnivel: +654 m (con un paso en el Portezuelo Serrata) -550m
• Tiempo: 4 h 40 min

Día 4 El día clave, día de alcanzar la cumbre de un cuatromil. No tanto por la cumbre en si, sino por el hecho de tener que hacerlo con bastante peso a cuestas. Teníamos nuestras dudas al respecto. Comenzamos remontando el sendero que habíamos caminado el día anterior, en dirección a la Quebrada Seca. Luego de un rato, la senda se separa y encara en dirección del collado que une los cerros Quebrada Blanca y Amarillo. A partir de aquí, el sendero no está tan visible, pero las opciones tampoco son muchas ya que hay que ir remontando una estrecha quebrada que no da lugar a caminos alternativos. El transito no resulta muy cómodo, hay mucha piedra suelta, escombros, y tramos con pendiente pronunciada. A partir de la mitad del ascenso el terreno se convierte en un acarreo de piedras pequeñas que hacen que subir requiera cierto esfuerzo para poder afirmar cada paso. Una vez alcanzado el col, fuimos directo hacia la cumbre del Amarillo. En ese momento, comenzaron a soplar ráfagas de viento cada vez mas fuertes. Ya cerca de la cumbre, una de estas logró tirarme al suelo y arrastrarme unos metros. Momento delicado, pero de todas formas decidimos esperar un poco, hacer cumbre y continuar con el itinerario original; esto eso, descender por la cara opuesta del cerro para pasar a la Quebrada Blanca. El descenso fue sencillo, por acarreo, directo al fondo de la quebrada. Una vez allí comenzamos a recorrerla, siguiendo una senda, en busca de un buen sitio con agua y dónde poder armar un nuevo vivac. Datos del tramo:

• Distancia: 9,8 km
• Desnivel: +1140 m (Con paso por cumbre cerro Amarillo) -1186 m
• Tiempo: 8 h 40 min

Día 5 El tramo final fue relativamente sencillo. Partimos temprano para terminar de recorrer los últimos kilómetros de la quebrada, cuesta abajo. Finalmente se llega a orillas del río Las Cuevas. En este punto es necesario realizar un vadeo, el cual resulta un poco (no mucho) más complicado que los anteriores. Una vez del otro lado, ya solo queda seguir las vías del tren hasta llegar a Puente del Inca, sitio final de la travesía. Datos del tramo:

• Distancia: 8 km
• Desnivel: +293 m -882 m
• Tiempo: 4 h